Británicos usan el cigarrillo electrónico para dejar de fumar

En Reino Unido se encuestó a 1400 consumidores de cigarrillos electrónicos mediante Internet y como resultado el 76% dijo que comenzó usar los cigarrillos electrónicos para evitar el consumo de cigarrillos convencionales; el resto comentó que decidió usar cigarrillo electrónico para dejar de fumar o bien, para mejorar su salud.

¿Qué demuestra el estudio?

El doctor de la Universidad de Londres, Michael Sieg, comentó que los británicos usan el cigarrillo electrónico para abandonar el consumo del tabaco y dejar de fumar. La Universidad del Este de Londres publicó en la revista Addition que en el mercado hay más de 100 marcas de cigarros electrónicos y que en el año 2012 se han vendido 3,5 millones de los mismos.

Los autores de esta revista crearon una encuesta a la que solamente se podía acceder mediante los sitios webs de dos fabricantes de estos dispositivos electrónicos. Esa encuesta tenía una duración de entre 15 y 20 minutos, y respondieron 218 fumadores y 1128 exfumadores de 33 países. El 77% correspondía a Europa y el 16% a Estados Unidos; el 70% eran varones.

¿Qué dijeron los participantes?

Tres cuartos de las personas que participaron en la respuesta, dijeron que comenzaron a usar los cigarros electrónicos como una total alternativa al tabaquismo, mientras que un 22% dijo que lo hizo por otras causas, como por ejemplo la salud (6%) o por restricción para fumar (3%). El 86% afirmó que no fumó cigarrillos convencionales durante meses desde que empezó a usar la versión electrónica.

Los autores de la encuesta hallaron que la gran mayoría de los participantes consideraban que su propia salud mejoró con estos dispositivos. El doctor Sieg agregó que no hay ninguna duda de que los cigarrillos electrónicos son mucho más seguros que los tradicionales, pero destacó que la calidad de los ingredientes que generan el vapor aún preocupa, puesto que en un grupo de voluntarios se hallaron signos de inflamación y constricción en las vías aéreas, aunque los mismos investigadores no pudieron afirmar que esas reacciones se transformarían en enfermedades.