Primeras sensaciones y efectos secundarios al dejar de fumar

No existe decisión más importante para los que son fumadores que la determinación de . Solamente con esta acción que supone un gran logro conseguirán una mejor calidad de vida, una mejora en su salud y un beneficio económico.

La nicotina es la causante de la dificultad para dejar de fumar

El tabaco está elaborado con una droga muy potente, la nicotina. Esta es la responsable de que una persona fumadora se haya hecho adicta en muy poco tiempo. Esta dependencia que provoca la nicotina es la responsable del síndrome de abstinencia que se sufre cuando un fumador intenta dejar el tabaco.

Cuando se inhala al fumar, la nicotina pasa rápidamente a los pulmones, la sangre, el cerebro y las hormonas. Incluso, cuando se deja de fumar, durante los primeros días existen sustancias derivadas de la nicotina que siguen en el organismo.

Como la nicotina produce sensaciones muy agradables el fumador no puede abandonar el tabaco fácilmente. Se va desarrollando con el tiempo la tolerancia a la nicotina lo que implica un mayor aporte en el organismo. Cuando el fumador termina su cigarro la sensación agradable desaparece por completo, lo que le obliga a desear fumar de nuevo.

En el caso de que no vuelva a fumar un cigarro los síntomas de abstinencia comenzarán a ser visibles. Por lo pronto, lo primero que sentirá será irritabilidad y frustración. Estos síntomas desaparecerán durante la primera inhalación del siguiente cigarro, por lo que se convierte en un círculo vicioso.

Los síntomas de abstinencia

Cuando el fumador es consciente del daño que se está infringiendo a sí mismo intenta dejar de fumar reduciendo el número de cigarrillos al día o bien dejándolo por completo. Pero la nicotina es una droga tan potente como la cocaína o la heroína que provoca síntomas de abstinencia tanto a nivel físico como mental y hacen muy difícil esta decisión.

Los síntomas de abstinencia comienzan tan solo unas horas después de haber fumado el último cigarro y llegan a su punto álgido a los dos o tres días siguientes, cuando ya han desaparecido los restos de nicotina y derivados en el organismo. Paulatinamente se conseguirá una mejoría que se reforzará con el pensamiento de que se ha logrado vencer al tabaco durante muchas horas.

Los síntomas de abstinencia más comunes van desde los mareos, depresiones, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza y tos, hasta un ritmo cardiaco más lento. Sin embargo, estos síntomas desaparecerán en el momento que se vuelva a fumar, por eso resulta tan difícil abandonar el tabaco.

Cuando se deja de fumar ya hay efectos visibles en el organismo que mejoran su estado. Estos beneficios aumentarán si se abandona el tabaco radicalmente.

  • El ritmo cardiaco baja a los 20 minutos de haber fumado el último cigarro.
  • El nivel de monóxido de carbono se normaliza a las doce horas de haber dejado de fumar.
  • Mejora de la circulación de la sangre y el funcionamiento pulmonar entre la segunda y tercera semana de haber abandonado el tabaco.
  • Disminución de la tos, congestión nasal y cansancio desde el primer mes.
  • Reducción a la mitad de probabilidades de sufrir una insuficiencia coronaria al cumplir un año del abandono del tabaco.

Además, dejar de fumar ofrece unas recompensas inmediatas como: desaparición del olor desagradable del aliento, mejora del sabor de los alimentos y del olfato, mejora en la condición física y desaparición del olor en la ropa y en el cabello además del ahorro económico que esto supone.