Que dejar de fumar es algo bueno nadie lo puede discutir. Se gana en calidad de vida y en salud. Es algo que está apoyado por médicos y profesionales de la salud. De hecho, algo que a lo mejor no sabes es que, dejar de fumar, se nota desde los primeros minutos de hacerlo. ¿No te lo crees? Verás.
La evolución de un no fumador
Has decidido dejar de fumar. Has tomado la decisión ahora mismo y has tirado el tabaco a la basura (y la has sacado, vayamos a que te dé por recuperarlos). Ole por ti. Porque, ¿sabes qué? Que desde ahora sólo vas a notar beneficios:
A los 20 minutos de no fumar tu presión arterial va a bajar. Eso es bueno para tu corazón.
A las 12 horas de no fumar el monóxido de carbono en la sangre se normaliza, lo cual, para el riego sanguíneo al cuerpo, le estarás aportando más vida y garantía de que sane.
Entre las dos primeras semanas y los tres meses vas a notar una mejoría en la circulación de la sangre y en el sistema pulmonar. De hecho, muchos dicen que tosen más y que las flemas son negras. No te asustes, el cuerpo está echando lo que es tóxico y malo para él, y es un síntoma que vas a tener por varios meses, dependiendo de cuánto fumaras y llevaras fumando.
También durante ese tiempo vas a tener una mejora en el olfato y el gusto (de ahí que digan que se engorda, porque todo huele mejor). Vas a tener más energía e incluso te apetecerá hacer algo de ejercicio. Y, sobre todo, tu piel mejorará.
Al año de no fumar, ¿sabes qué pasa? Pues que el riesgo de padecer una enfermedad coronaria se reduce a la mitad.
A los cinco años de no fumar, el riesgo de otra enfermedad, como la de cáncer de boca, esófago, garganta y vejiga, se disminuye a la mitad. El de cuello y de ACV también disminuye a los niveles de un no fumador.
A los diez años, el cáncer de pulmón, laringe o páncreas también disminuye a la mitad.
A los quince años, el riesgo de una enfermedad coronaria se equipara a una persona que no ha fumado nunca.