¿Te imaginas que alguien te hipnotizara y, de pronto, ya no quisieras fumar? ¿O incluso que te olvidaras de que has fumado alguna vez y no le veas la gracia a hacerlo? Pues más o menos es lo que puedes encontrar al dejar de fumar con hipnosis.
La sesión de hipnosis suele diferir entre un profesional y otro pero de media se tardan unas dos horas siendo, la primera de ellas, de carácter motivacional porque, aunque una persona vaya convencida de querer dejar de fumar, hay que tratar de desvelar los motivos y, también, las trampas que el propio cuerpo puede poner para no dejarlo, para volver a recaer incluso.
En la segunda parte de la sesión se procede a inducir al cuerpo a un estado de tranquilidad total. No es que no vayas a recordar nada, lo harás, estarás despierta y consciente de todo, escucharás hablar a la persona que tienes a tu lado y tú misma podrás tomar la decisión de dejar de fumar o no. Por eso es importante que la persona esté segura de la decisión que va a llevar a cabo pues, dependiendo de esa respuesta, el cuerpo se verá inducido de una manera o de otra a dejar de fumar y liberarse del tabaco o, por el contrario, a seguir haciéndolo.
De las muchas técnicas para dejar de fumar, la hipnosis es la menos invasiva y, según dicen, también la que tiene buenos resultados aunque hay que tener en cuenta que depende de la voluntad del individuo (no es como con los cigarrillos electrónicos que al menos sigues fumando, aunque sea menos cantidad, y sabes que puedes ir reduciéndola poco a poco hasta que queda el cigarrillo electrónico como un hobbie o una manía de fumar (pudiendo vapear de sabores diferentes, no solo a tabaco).