Si acudes al médico para que te ayude a dejar de fumar, lo más normal es que, de entre todos los tratamientos para dejar de fumar que existen, te diga que utilices los parches de nicotina.
Los parches de nicotina lo que hacen es dar una dosis de nicotina al cuerpo a través de la piel haciendo que no necesites fumar sino que, la nicotina que inhalas del cigarrillo, ahora lo haces de los parches de tal manera que, con el paso del tiempo, se van usando parches que tengan dosis más bajas para conseguir ir dejando el hábito.
Estos parches pueden ser de varias duraciones. Por ejemplo, para las personas que no fuman mucho se pueden usar los parches de 16 horas que causa menos efectos secundarios. Se usan solo por la mañana, por la noche se dejan y, en algunos casos, es cuando las ansias entran en acción y, si hay poca fuerza de voluntad, se puede recaer.
Si ese es tu caso entonces quizás sea más adecuado el parche de 24 horas que te da una dosis constante de nicotina lo que evita el tener síndrome de abstinencia. El problema es que, este tipo de parches, sí suelen tener efectos secundarios como son interrupciones a la hora de dormir (no se duerme bien); irritaciones en la piel, sobre todo donde se coloca el parche; alergias importantes; etc.
Según cómo sea cada persona y los hábitos que tenga de fumar se suele recetar uno u otro así como el tipo de parche porque, al principio, se usa un parche de máxima concentración (con unos 15-22 mg de nicotina) durante cuatro semanas para después pasar a uno de 5-14mg de nicotina otras cuatro semanas.
El parche suele ir colocado entre el cuello y la cintura y se suele usar por un periodo de tres a cinco meses de duración. Su eficacia suele ser regular porque no muchos ven la misma sensación en los parches que en el cigarrillo (de hecho prefieren otros métodos como el cigarrillo electrónico que, psicológicamente, engaña más los deseos de fumar).