TIPOS DE TERAPIA PARA DEJAR DE FUMAR

A la hora de abandonar el habito del tabaco, existen muchas maneras y alternativas que el individuo puede utilizar, pero siempre teniendo el pleno convencimiento de que se quiere dejar; lo importante es hacerlo por uno mismo, por su salud, y la mayoría de los que inician este proceso han sido motivados bien por consejo medico, bien por petición de familia y amigos, pero ante todo la propia fuerza de voluntad es el principal motor para iniciar el proceso.

Hay que recordar que el tabaco provoca una gran parte de muertes el los países desarrollados por las patologías que a el se asocian, como son los infartos de miocardio y el cáncer (sobre todo de pulmón). Es por eso, que tanto las autoridades sanitarias como el entorno del fumador intentan hacer que lo deje lo antes posible, porque nunca es tarde para evitar cualquier futura enfermedad.

A menudo, la persona que quiere dejar de fumar se ve abocada a varios fracasos al intentarlo, pero esto no debe hacer que abandonemos el propósito; para esto, debemos utilizar ciertos fármacos o terapias que sustituyen la nicotina y al mismo tiempo ayudan a equilibrar cuerpo y mente. Esta claro que habrá de pasar un tiempo de abstinencia, cuyos síntomas no son para nada agradables y que el paciente debe tener la fuerza de superar; entre ellos están la ansiedad, la irritabilidad, el insomnio, nerviosismo, dificultad para concentrarse, los cuales duraran al menos los primeros días o semanas.

omo se ha comentado antes, existen varios ; entre ellos, encontramos la , que consiste en administrar este componente a través de una vía distinta a la del tabaco. El tratamiento consiste en ir administrando cada vez en menor medida una dosis de nicotina al individuo, hasta que su nivel de dependencia sea prácticamente inexistente y no necesite recurrir a ningún sustitutivo. La tasa de éxito es de uno por cada tres fumadores que lo intentan con este método, a partir de los seis meses de dejarlo. En el mercado existen cuatro tipos de productos que funcionan de esta forma, como sustitutivos de la nicotina: parches, chicles, comprimidos y spray nasal.

Los parches son la alternativa más cómoda y fácil de utilizar, ya que simplemente hay que aplicárselos y ellos mismos realizan el trabajo. Se pueden adquirir con diferentes dosis (según el grado de dependencia) y también según la forma de aplicarlos, ya que los hay que se colocan todo el día porque liberan nicotina las veinticuatro horas, y otros que solamente se utilizan a la hora de dormir. Los chicles tienen dos formatos, uno de dos mg y otro de cuatro mg. En las primeras seis semanas, la dosis que se recomienda es un chicle cada hora o dos horas. El spray es otra alternativa muy útil, que como máximo debe utilizarse en la cantidad de dieciséis inhalaciones diarias.

Por otro lado, existen métodos alternativos que nada tienen que ver con la sustitución de nicotina, como son los fármacos tipo bupropion y la vareniclina, que se administran en forma de pastillas y son bastante eficaces y seguras, aunque siempre deben tomarse bajo la supervisión de un profesional medico. Y finalmente, si queremos recurrir a métodos totalmente naturales, podemos optar por la acupuntura, la hipnosis, la homeopatía y las pastillas hechas a base de hierbas, e incluso existen las terapias de grupo, similares a las de alcohólicos anónimos.