El cigarrillo electrónico ya no emite vapor como al principio. Y ese sabor a quemado ¡Puaf! ¿Qué hacer? ¿Tirar el cigarrillo electrónico y comprar otro? ¡No! La solución pasa por una limpieza del atomizador. Ahora bien: ¿Cómo se limpia el atomizador de los cigarros electrónicos?
Aprendemos cómo se limpia el atomizador de los cigarros electrónicos
Para empezar, eliminemos el exceso de líquido del atomizador, soplando con fuerza por el extremo que se conecta a la batería hasta que no salga nada más que aire por el otro lado ¿Ya? Seguimos. Enjuagamos la pieza con agua corriente, poniendo primero un extremos y luego el otro debajo del grifo.
Ahora, hervimos agua (si lo hacemos en el microondas, bajo ningún concepto metamos la pieza al horno). Depositamos el atomizador y lo dejamos unos minutos. Repetimos el proceso un par de veces más.
De nuevo soplando, eliminamos el exceso de agua y lo dejamos sobre un papel de cocina para se drene el resto -sin frotar la pieza con él-. Dejamos toda la noche el atomizador con la parte que va contra la batería hacia arriba.
Al día siguiente
Ya queda poco: una vez seco, ponemos tres o cuatro gotas de líquido de vapear directamente dentro del atomizador. Que repose tres minutos. Cuatro a lo sumo, con la parte que se conecta a la batería hacia abajo para que el líquido impregne bien la malla de metal y llegue al elemento calefactor.
Finalmente, conectamos el atomizador a la batería y damos unas caladas hasta que salga bastante vapor. Si al cabo de cinco o seis inhalaciones no obtenemos suficiente, añadamos unas gotas más de líquido, con cuidado de no sobrecargarlo.
Listos. El sabor a quemado se ha ido y la cantidad de vapor es la normal.