Hasta un 70% esta viendo caer las ventas el sector de los cigarrillos electrónicos. Las noticias negativas que se están divulgando por parte de otros sectores interesados en que éste no siga su crecimiento ha provocado que el miedo a que sean tóxicos les impida probarlos. El presidente de la Asociación Nacional Española de Vapeadores (ANEV), Pedro Cátedra, defiende su uso declarando que se trata de un producto menos tóxico que el tabaco.
Según Pedro Catedra, se trata de un movimiento intencionado y organizado de desprestigio por parte de las compañías que venden productos para dejar de fumar, productos que, además y curiosamente, tienen posibles efectos secundarios mucho más peligrosos que los componentes utilizados en los cigarrillos electrónicos, a consecuencia de esta nueva corriente se prevé el cierre de un 20% de las tiendas.
A parte de esta consecuencia se suma la perdida de posibles lugares de empleo, siendo en esta época de crisis un echo agravante, que además afecta a emprendedores que dejarán de invertir en este sector.
ANEV propone de cara al futuro la creación de un registro de locales, porque el e-cigarrillo debe comercializarse únicamente en establecimientos especializados, lograr la regulación de la fabricación de los líquidos para su recarga y establecer mecanismos para asegurar un exhaustivo control de la comercialización tanto de los dispositivos para vapear como de los líquidos para su relleno.
Hay que destacar que en comparación con el tabaco no se le puede adjudicar ninguna muerte a este producto, en cambio según los datos de la AECC, fallecen al año unas 50.000 personas a causa del tabaco
El uso del cigarrillo electrónico no es un problema estratégico de salud pública, tal y como sostiene la OMS, afirma asegurando que existen “infinidad” de estudios que demuestran su menor toxicidad frente al tabaco. En países como Italia o Francia, numerosos médicos en activo alaban la capacidad del cigarrillo electrónico como alternativa al tabaco, y diferentes oncólogos y neumólogos no dudan en recomendarlos a sus pacientes pero, en España, se ha declarado una guerra abierta desde el sector sanitario contra esta alternativa.
El cigarrillo electrónico es un producto orientado a fumadores mayores de edad y sustancialmente menos nocivo que el tabaco.