Es importante que les enseñes siempre a tus hijos acerca de lo peligroso que e fumar, dado que es muy adictivo y daña la salud. No obstante, todos sabemos que es complicado competir con las publicidades en la televisión o en otros medios, las cuales hacen que el consumo sea mucho más atractivo.
Los adolescentes suelen probar el tabaco por muchas razones, entre ellas el querer sentirse como adultos e integrarse de esa manera a un grupo. En muchas ocasiones la presión de los pares hace que corran el riesgo de caer en esa tentación para satisfacer principalmente su curiosidad.
Como padre o madre ¿Qué puedo hacer?
- Habla de manera franca con tu hijo y cuéntale los efectos que tiene el consumo del tabaco para su salud. Da ejemplos de tus amigos o parientes que hayan padecido diversas enfermedades, o bien, hayan fallecido por el consumo del cigarrillo para que los efectos de estos parezcan mucho más reales e impactantes para él.
- Trata siempre de desarrollar una relación de confianza con tu hijo y habla honestamente de temas importantes, tales como el consumo del cigarrillo y otras sustancias que también son peligrosas. Cuando ellos sientan que son escuchados y te vean hablando con tranquilidad, probablemente se explayen y cuenten como comenzaron a fumar.
- Vayan a comer juntos al menos una vez por semana para hablar sobre los acontecimientos que tuvieron en la semana y los que tendrán durante el día.
- Permítele que te presente a sus amigos y evalúa cada uno de ellos para saber si son buena compañía o no.
Otros consejos fundamentales
- Todos los días podrán surgir innumerables motivos por los cuales tu hijo precise desahogarse y porque no, hacerlo mediante el tabaco. Por tanto, háblale que esa no es una buena opción para distraerse y que tal vez la mejor sea hacer algún deporte, jugar con sus amigos, pasear, etcétera.
- No fumes, o deja de hacerlo delante de ellos. Sé un modelo a seguir en cuanto a tu comportamiento, dado que si el adolescente sabe que fumas, será difícil poder justificar el porqué no dejas el cigarro.
- Elogia a tu hijo y dale el cariño que se merece.