Tratamientos contra el tabaquismo

En primer lugar, hay que decir que la decisión de depende sobre todo de la voluntad del fumador, pero también de las posibilidades económicas de cada uno para realizar un tratamiento de forma privada, y de la educación sanitaria que haya recibido. Dicho esto, podemos afirmar que los tratamientos anti-tabaco a los fumadores es una de las intervenciones sanitarias más rentables a nivel coste-efectividad. A través del consejo anti-tabaco formado por un equipo de médicos y enfermeras, no sólo se pueden beneficiar aquellos pacientes que deseen dejar este perjudicial hábito, sino que las personas que conviven con ellos también pueden encontrar un gran alivio debido a la alta concentración de componentes nocivos que se encuentran en el humo del tabaco y que su entorno respira (los llamados ).

Las causas por las cuales dejar el tabaco son tan variadas como los tipos de fumadores que puede haber; por ejemplo, en el caso de los adolescentes, suele deberse a razones más de tipo estético, como por ejemplo el tono amarillento de los dientes y los dedos, el mal aliento, el apagamiento del tono facial… En los adultos, estas razones cambian, y suelen ser de tipo social y psicológico, así como relacionadas con problemas de salud, como la dependencia y la falta de control sobre el hábito, disnea y dificultades respiratorias para practicar cualquier actividad deportiva, infecciones respiratorias, tos y carraspera, y también motivos económicos, ya que el gasto en tabaco suele subir al aumentar la adicción (sin contar la continua subida de los precios de las cajetillas).

Por tanto, las autoridades sanitarias proponen un tratamiento lento pero eficaz, que pasa por diferentes etapas, entre las cuales nos encontramos la precontemplativa, la primera etapa en la que el fumador todavía no considera seriamente el dejar de fumar, seguida de la contemplativa, en la que el fumador ya se plantea diatribas internas y dudas sobre la conveniencia de seguir fumando. La siguiente etapa es la de acción, donde el individuo introduce cambios de conducta para poder dejar de fumar a corto plazo, poniendo en práctica alguna estrategia restrictiva o recurriendo a la medicación. La etapa de mantenimiento es la que sigue a la anterior, donde el paciente ya no fuma y se intenta sobre todo evitar las recaídas. Éstas son frecuentes, por lo que se pueden considerar una etapa más del proceso.

Desde la atención primaria, debe establecerse un código de seguimiento con cada paciente, para que le sea más fácil deshacerse de este hábito. El equipo médico debe siempre averiguar los avances y estados del paciente, mediante un protocolo de preguntas cada vez que se realice alguna visita. Siempre deben aconsejar de forma tajante la necesidad de abandonar el tabaco a todos los pacientes, ya sean fumadores o ex fumadores, resaltando que el hecho de dejarlo es una de las acciones más importantes que se pueden hacer por la propia salud, ya que nunca es tarde para hacerlo, y los beneficios son múltiples. Deberá elaborar un plan personalizado para cada paciente que así lo solicite, siempre en colaboración con el mismo, donde será el propio individuo quien ponga la fecha para el abandono del tabaco, que no deberá superar las dos semanas. Para ello, deberá hacer también participe al entorno familiar y laboral de su decisión, para que reciba apoyo y comprensión en su lucha personal.

Dejar de fumar no es fácil, y los fracasos son altos. Hasta ahora, las
únicas opciones que cuentan con el visto bueno de la ciencia son las
terapias sustitutivas de la nicotina (parches y chicles), y las técnicas psicológicas. Por ello, se trata
de un producto de terapia alternativa, como lo son la acupuntura o la
hipnosis, y qué pretende abrirse un hueco en el mercado.
El se asemeja a un cigarro convencional a
diferencia que no es inflamable. Proporciona similares sensaciones
satisfaciendo nuestros sentidos, similar a los obtenidos de los
cigarrillos comunes. Puede ocasionar una nueva era de fumadores de
tabaco, satisfaciendo su adicción de una manera placentera y relajada,
con el fin de aliviar el sufrimiento de dejar de fumar.