Los cigarrillos electrónicos consiguen que un 90% de los fumadores dejen el tabaco por completo

La Universidad de East London (Reino Unido), ha realizado un estudio demostrando que el 90% de las personas que utilizan el cigarrillo electrónico han conseguido dejar de consumir tabaco en su totalidad, algo que iría en consonancia con las recientes afirmaciones llevadas a cabo por la Asociación Nacional Española de Vapeadores (ANEV), en las que afirman que gracias a la utilización de este producto se evitaran alrededor de 45,000 muertes al año.

Pedro Cátedra, presidente de la ANEV y director general de “Puff Cigarrete Iberia”, declaró que es importante apostar por este producto puesto que sería el método más efectivo para llegar a conseguir dejar de fumar tabaco o bien como alternativa para optar por él en zonas en las que prohíben generar humo. “Tenemos que tener muy claro que ‘vapear’ es fumar pero sin consecuencias dañinas ni para el fumador ni para quienes le rodean”

El cigarro convencional contiene más de 4,000 toxinas de las cuales unas 60 serian lo suficiente dañinas como para contener un riesgo cancerígeno en humanos, sin embargo el líquido que se utiliza en los cigarros electrónicos son compuestos inocuos, alcoholes estables usados ampliamente en alimentos, piensos, cosméticos y productos farmacéuticos, así como en numerosas aplicaciones industriales cumpliendo una estricta normativa de calidad.

La revista “Inhalation Toxicology” ha publicado un estudio ” Indoor Vapor Air Quality” realizado por la consultora CHANGE donde se demuestra que el vapor generador por los ” e-cigarettes” es mucho menos perjudicial frente a el cigarro convencional.

Según Cátedra a día de hoy no hay estudios concluyentes que demuestren que el cigarrillo electrónico mata, ni al vapeador’ ni a quienes le rodean. Es importante que busquemos un marco de colaboración y transparencia que permita establecer una legislación apropiada para su fabricación y utilización, basada en estudios científicos concluyentes, y no en los intereses económicos ni de compañías farmacéuticas, ni de agentes ligados a la industria tabaquera, ni de los fabricantes de cigarrillos electrónicos, ni de las administraciones públicas