Se sabe que el tabaquismo afecta a los bebés aun antes de su nacimiento. El humo de cigarrillo contiene más de 4.000 substancias dañinas y, cuando usted fuma, tanto usted como su bebé están expuestos a ellas.
El cordón umbilical mantiene vivo a su bebé. La sangre que fluye por este cordón le proporciona a su bebé todo el oxígeno y los nutrientes que necesita para crecer.
Al fumar se inhala el gas monóxido de carbono. Ello lleva a una reducción de la cantidad de oxígeno que le llega a su bebé por el cordón umbilical. Esto aumenta el ritmo de los latidos del corazón del bebé y el estrés general que se impone a su cuerpo en desarrollo.
Estudios recientes sugieren que los cigarrillos también pueden reducir la circulación de sangre en la placenta, lo que limita la cantidad de nutrientes que llegan al feto.
Las fumadoras corren un mayor riesgo de embarazos ectópicos (embarazos que se forman fuera del útero) y de aborto espontáneo. Este riesgo es cuatro veces mayor en las fumadoras que en las no fumadoras, y seis veces mayor en las mujeres que fuman más de 20 cigarrillos por día.
Las fumadoras tienen un riesgo mayor de tener un bebé prematuro. Las fumadoras tienen mayores probabilidades de tener complicaciones durante el parto. Las fumadoras tienen mayores probabilidades de tener un bebé de bajo peso al nacer.
Los bebés que nacen con un peso inferior al peso promedio corren mayor riesgo de contraer infecciones y otros problemas de salud. Si dejara de fumar en los primeros 3 meses de embarazo, su riesgo de tener un bebé de bajo peso sería similar al de una no fumadora.
Tener un bebé de bajo peso no le facilita las cosas a usted o a su bebé al nacer. Los bebés más pequeños tienen más probabilidades de sufrir de estrés durante el parto. El trabajo de parto no es más fácil ni más corto con un bebé pequeño y de poco peso, que el trabajo de parto con un bebé de tamaño promedio.
El tabaquismo durante el embarazo aumenta las probabilidades de que el bebé muera durante el nacimiento o poco tiempo después.
El riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS por sus siglas en inglés) aumenta en las madres que fuman durante el embarazo.
Los bebés expuestos al humo de tabaco después del nacimiento tienen un mayor riesgo de SIDS. Mantenga al bebé lejos del humo: no permita que se fume cerca de su bebé. Después del nacimiento de un bebé, muchos de los más de 4.000 venenos que inhala la madre por el cigarrillo se transmiten al bebé a través de la le-che materna y por el tabaquismo pasivo.
Los bebés de las fumadoras tienen más probabilidades de sufrir de asma y de otras infecciones del aparato respiratorio. Aun años más tarde, los niños de madres que fumaron durante el embarazo suelen ser algo más pequeños que los otros niños y suelen tener más dificultades de lectura, matemáticas y otras capacidades similares.
Los bebés de madres que fuman durante el embarazo tienen un riesgo mayor de sufrir del Trastorno por Deficiencia de Atención e Hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés, un trastorno crónico caracterizado por sín-tomas de falta de atención, hiperactividad e impulsividad).
La lactancia materna La leche de pecho protege al bebé contra las infecciones, pero el bebé también absorbe nicotina y otras sustancias perjudiciales a través de la leche materna. Si le está resultando difícil dejar de fumar, trate de no fumar justo antes o después de alimentar al bebé, y siempre salga de la casa para fumar. Si no puede dejar el cigarrillo totalmente, siga intentándolo. Recuerde, aun si fuma, es preferible la lactancia materna al biberón por los importantes nutrientes y factores protectores que contiene la leche materna.